El sector municipal de la Argentina se encuentra en una encrucijada. Por un lado, en el actual clima macroeconómico y estando el gobierno nacional en cesación de pagos con algunos acreedores internacionales, el acceso a financiamiento de capital estará sumamente restringido en el mediano plazo. Por el otro, la inestabilidad macroeconómica existente, junto con las presiones recesivas hacen que el rol de los gobiernos locales en la provisión de servicios cobre una importancia aún mayor, especialmente para los pobres de la Argentina. El sector municipal argentino presenta una suerte de paradoja; mientras que la calidad de provisión de servicios es sumamente variable, y para un país del nivel de desarrollo y riqueza de la Argentina, existen serias lagunas en la cobertura de servicios básicos a nivel local, el sector municipal, en términos globales, presenta un cuadro financiero y fiscal razonable. Al mismo tiempo, se han identificado serias deficiencias en la capacidad de las autoridades municipales de gerenciar la provisión de servicios y las finanzas locales